Orgullo patrio

Me cuesta (soy incapaz de) sentirme orgullosa de los logros de mis compatriotas, sencillamente porque, al igual que la Doctora Hofstadter, soy muy consciente de que sus éxitos no son míos. Por eso, que Nadal triunfase en el US Open o que un puñado de millonarios ganase un Mundial de Fútbol, más bien me la trae floja. Quiero decir, me alegro por ellos y por sus madres, puede que incluso me entretenga un rato viéndolos si se cruzan en mi televisor, pero de ahí a sentirme orgullosa… es algo que realmente no me cabe en la cabeza.

Sin embargo, la gente asume alegremente esa identidad colectiva tan arbitraria, basada en la creencia de que nacer a un lado u otro de una raya imaginaria llamada frontera, les hace portadores de no sé qué cultura y no sé qué características especiales. Obviemos el hecho de que vivimos en un mundo globalizado y las diferencias culturales entre los países occidentales son cada vez más anecdóticas. Obviemos el hecho de que las migraciones son diarias, de que el que no es apátrida es hijo de extranjeros; obviemos que Internet ha conquistado el mundo. Obviemos lo obvio y digamos que también yo pertenezco a ese colectivo imaginario llamado «España», donde la gente grita en los bares y los toros pueblan los prados.

Pero esta vez, en lugar de asumir como propios los éxitos de unos cuantos deportistas, valoremos los méritos realmente colectivos, intentemos buscar las cualidades observables de «Nuestra Nación»:

  • España es ese país donde Belén Esteban podría llegar al poder político con tantas dificultades como Jesús Gil, o como el marido de la Pantoja.
  • España es ese país donde se alternan en el poder nuestro querido PSOE y nuestro querido PP.
  • España es ese país donde Telecinco tiene 7 veces más audiencia que la 2.
  • España es ese país del que los investigadores tienen que emigrar.
  • España es ese país al que todo futbolista quiere inmigrar.
  • España es ese país donde la mejor universidad ocupa el puesto 201 del ranking mundial.

Ahora bien que, como sus fracasos tampoco son míos, soy igualmente incapaz de sentir vergüenza… pero ¿orgullo?, ¿orgullo de qué?

17 comentarios sobre “Orgullo patrio

  1. Hay cosas peores que oír que «hemos ganado» en juegos de pelotas de millonarios y es, por ejemplo, al hablar de «cuando descubrimos América». Al despropósito de atribuirse el merito de descubrir continentes junto a unos señores desarrapados del siglo XV se une la majadería del colega americano que se identifica con alguna antigua tribu de indios y nos exige que devolvamos no se que oro. :P

  2. Off topic. Tengo una queja respecto al repertorio de caritas del blog. Me parece un tanto limitado, porque siempre me sale la misma cara riéndose aunque ponga una que sólo sonríe o, en el caso de mi comentario anterior, una cara que sacaba la lengua. Poner caras que no corresponden con la idea del texto puede ser catastrófico.

  3. @Heli: Eres poco observador, porque no es la misma carita. No es lo mismo :) [es decir : ) ] que :P [es decir : P]. La segunda está claramente sacando la lengua. :roll:

    No, hablando en serio, es cierto que las expresiones a veces no son muy evidentes, pero son los emoticonos que tiene WordPress por defecto (aquí tienes la lista completa). Podría cambiarlos, pero me da pereza.

  4. @Iñaki pues es verdad, pero es que esa cara saca muy mal la lengua, parece que se esta riendo, mientras que la cara que sonríe esta dibujada como si se estuviera riendo. Son pequeños matices pero de suma importancia, porque un emoticono mal puesto puede descalabrar un buen comentario y arruinar para siempre la imagen profesional del comentarista de entradas de blog. :|

  5. Totalmente de acuerdo…nos encanta que nos digan que somos los mejores y ni siquiera plantearnos cómo de exacta es esa afirmación. Buscarle sentido a esto es perder el tiempo, me recuerda al caso de los deportistas extranjeros que compiten por España por motivos de conveniencia. Por ejemplo, Johan Muehlegg (Juanito para la hinchada) ni siquiera hablaba español, y aun así nos vendieron sus triunfos como propios (y encima iba dopado). No tengo ningún problema que compitan por España, creo que el deporte está por encima de consideraciones nacionales. Pero de ahí a que me vendan el éxito no ya como propio, sino como de mi país, me chirría bastante.

  6. Almudena, se te olvida un logro muy importante:
    Semos campeones en construcción, durante una década hemos construido el doble de viviendas que en Alemania y Francia juntas (mas o menos)

  7. Amén; las naciones es lo que vomitan los estados. Es una pena que no haya más como tú y como los comentaristas de ésta entrada; siempre me he preguntado qué clase de vida debe ser ésa en la que la carencia de logros personales de los que sentirse orgulloso haga que se adopten como propios algunos en los que nada hemos tenido que ver; el colmo, como bien dice Heli, es que esos logros haya sido obtenidos siglos antes de que el interesado naciera…

    Y para terminar, una anécdota: me contaba un amigo lo sorprendido que se quedó cuando estando de Erasmus un chico mexicano le echó en cara el «haber sojuzgado y torturado a sus antepasados»… parace ser que no le entraba en la cabeza que una de las bases del derecho moderno es la responsabilidad personal…

  8. @Las botas Humeantes: Y esa es la base para tantas guerras y luchas absurdas… grupos de gente unidos bajo identidades nacionales o religiosas arbitrarias, reclamando territorios o agravios en base a historias que, en la mayoría de los casos, no protagonizaron ni sus tatarabuelos.

  9. Aplaudo tus palabras, certeras y exactas. Lo cierto es que es más fácil engatusar a la gente para que no tenga ideas propias con cuestiones vanales y que despiertan instintos primarios como el fútbol, que hacerlo con el espejo de las limitaciones impuestas por el sistema.

  10. En parte de acuerdo, en parte en desacuerdo.

    Creo que debemos estar orgullosos de los éxitos de los demás, y si son españoles como Nadal o la selección de fútbol, más todavía, que para eso somos compatriotas. Pero también hay que estar orgullosos de Neil Armstrong (quién pensaba que el hombre pisaría la Luna), Usain Bolt (quién pensaba que el hombre podría correr tan rápido), etc., etc., etc.

    Y totalmente de acuerdo con tu acertada lista de méritos patrios. Es una pena que cosas así pasen aquí, pero no nos queda otra que luchar para que cambien las tornas.

    Por cierto, he enlazado esta entrada en el post que acabo de publicar en mi blog:
    http://elmundoderafalillo.blogspot.com/2010/10/no-es-mio-pero-es-interesante-xx.html

    Espero que te guste ;)

  11. Almudena, tienes toda la razon. Lo que pasa es que hay que alimentar de alguna manera el nacionalismo-patriotismo de la gente y como eso es un sentimiento mas que una conviccion, pues eso, se desbarra… De todas formas, las naciones crean barreras de solidaridad (con mis impuestos doy dinero a los pobres de aqui, pero no a los de ningun otro lado) y dudo mucho que nadie estuviera dispuesto a admitir un gobierno mundial con un 28% de representantes chinos y repartiendo los impuestos globalmente… Es triste pero es asi.

  12. @Rafalillo:
    Gracias por el enlace, le he estado echando un vistazo a los artículos que recomiendas.
    Te contesto brevemente: mi punto de vista es que identificarse con la gente que ha nacido en un sitio por ese mero hecho es arbitrario. Personalmente, creo que probablmente tenga más afinidad con un musicólogo austriaco que con un nini de La Mancha. No entiendo por qué formar un grupo, un «Nosotros» en torno a la nacionalidad. Es un criterio aleatorio, sobre todo en un mundo donde tu lugar de nacimiento no es lo que más determina tu cultura. Para mí, es como sentirse orgulloso de «los morenos» o «los que tenemos pecas».

    @QueVachaChe!: Un gobierno mundial no. Al menos todavía. En primer lugar porque sí sigue habiendo diferencias culturales que justifican formas de gobierno y de convivencia diferentes. Pero, si lo piensas, «occidente» cuenta con cada vez más organismos internacionales que coordinan su funcionamiento. Incluso al margen de estos organismos, las presiones internacionales cumplirían esta función.

    Por otra parte, supongamos que se llegase al extremo de un gobierno mundial en un planeta completamente globalizado, multicultura y remezclado: siempre debería regir el prinipio de subsidiariedad (las decisiones tomadas al menor nivel al que puedan tomarse). Personalmente, no sé si sería posible, pero para ciertas cuestiones, creo que sería deseable (derechos humanos, condiciones laborales, medio ambiente, servicios sociales…).

    En cuanto a lo de la solidaridad… yo lo veo al revés. Tú mencionas lo positivo del «nosotros», pero ese «nosotros» implica un «ellos». ¿Por qué luchar por el español y no por el noruego?, ¿seguro que tengo más cosas en común con él? ¿por qué no ampliar mis fronteras o eliminarlas del todo?

  13. No, si yo no le veo ninguna ventaja al »nosotros y ellos», de hecho es repugnante… Pero es la naturaleza humana y creo que es imposible de cambiar. De todas formas, hay que luchar contra el impulso nacionalista como se lucha contra el impulso violento de los seres humanos, aun a sabiendas de que es una batalla perdida.

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