No mates al flautín, no mates al flautín, no mates al flautín…
Mes: marzo 2008
Milagros de campaña. Capítulo Final: Los milagros no existen
El alma de un político llega al paraíso (se cree que por un error) y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona.
– Bienvenido al paraíso -le dice San Pedro-. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Verás, rara vez llega un político aquí y no sabemos muy bien qué hacer contigo. Así que lo decidirás tú: pasarás un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir dónde pasar la eternidad.
Y con esto, San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja y baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos se ve un club y, de pie delante de él, están todos sus amigos políticos que habían trabajado con él vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego, por la noche, cenan langosta y caviar. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también al Diablo que, de hecho, es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se divierte tanto que, antes de darse cuenta, es hora de irse. Todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras llega el ascensor. El ascensor sube, sube, sube y vuelve al paraíso, donde San Pedro lo está esperando.
– Ahora es el momento de pasar al paraíso -le dice-.
Así que el político pasa las 24 horas sucesivas paseando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Una vez terminado el segundo día, San Pedro va a buscarlo.
– Ya has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir -le indica San Pedro-.
El político reflexiona un momento y responde:
– Bueno, el paraíso ha sido precioso, pero creo que voy a escoger el infierno.
Sin más dilación, San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja y baja hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren, se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de mierda y desperdicios. Ve a todos sus amigos vestidos con harapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras. El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
– No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, y comimos langosta y caviar, y bailamos y nos divertimos mucho… y… y… ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías… ¡y mis amigos parecen unos miserables!
El diablo lo mira, sonríe y dice:
– Ayer estábamos en campaña; hoy, ya has votado por nosotros.
Sobre el cambio de hora
Además está […] el tener que meter un programilla que lo tenga en cuenta en el mismo ordenador y que está preguntándose todo el puto año si ese momento ha llegado para hacer el cambio (seguro que en Windows se lo pregunta cada milisegundo consumiendo el 80% de los rescursos…).
(Javier Armentia, astrofísico, contra el cambio de hora por enésima vez)
Agujero que pilla, agujero que sopla
Donde hay un agujero, hay un pito.
(Xabi Lozano, flautista, en el programa El Hormiguero)
Y si no visteis ese día el programa, por favor, no os perdáis este vídeo.
Ponga un aerogenerador en su vida
La energía eólica avanza con paso firme en este país y sigue batiendo récords. El pasado sábado, los aerogeneradores cubrían el 40% de la demanda eléctrica del país, y este jueves se batía un nuevo récord de producción diaria: 209.480 MWh. Sin embargo, el futuro de la energía eólica parece estar en los microgeneradores eólicos: se trata de la instalación de pequeños aerogeneradores en entornos urbanos, directamente en el lugar donde se va a consumir esa energía. Esto supone un cambio de concepto que tiene sus ventajas y desventajas.
El mayor problema que surge es el ruido que producen las turbinas, debido en gran medida a que el eje de giro en los aerogeneradores convencionales es paralelo al suelo, lo que produce un gran rozamiento por torsión. La solución, entonces, pasa por la implementación de microgeneradores de eje vertical, que de hecho ya se están fabricando: se estima que el ruido operacional de éstos es del 0,5% en comparación con sus predecesores de eje horizontal.
Por otra parte, esta tecnología trae consigo muchas ventajas. Sirve para proveer de electricidad lugares aislados, pero también para desahogar las redes de baja tensión de las ciudades. La aplicación directa en el lugar de consumo evita las pérdidas de energía debidas al transporte y la transformación. Además, se espera que los microgeneradores produzcan aproximadamente el 30% de la energía que consume cada hogar, y lo harán con menor impacto visual, menores costes, mayor eficiencia y mayor sostenibilidad.
Mientras en España apenas una docena de empresas se dedican a la producción de microgeneradores, otros países llevan años consiguiendo importantes avances en este campo. EEUU es el país líder en microgeneración eólica, y otros como Inglaterra y Portugal ya se han puesto las pilas en este sentido. En el Reino Unido estiman que, en 2050, entre el 30 y el 40% de la demanda del país estará cubierta con este método.
«En España tenemos que subirnos pronto a este tren de la pequeña eólica», asegura el presidente de APPA Minieólica, Francisco Forte. Para empezar, es necesario legislar para regular este sector como se hizo con la energía solar en su día. Ya existe un proyecto liderado por el Ciemat y dotado con 13 millones de euros, el Proyecto Singular Estratégico Minieólica, que estudia el desarrollo de esta tecnología. Así que sólo queda esperar a que el nuevo Gobierno mueva ficha al respecto.
[Fuente: Soitu.es]