Días extraños

Ayer –bueno, hace un ratito en realidad– fue un día extraño. En un principio no noté nada raro, pues hice lo de siempre: me levanté por la mañana, desayuné, fui a clase, comí, fui a mirar unas prácticas, eran otro día, un ratito en la biblioteca… Lo que viene siendo el día a día. Pero estuviera donde estuviera, siempre había alguien que de repente me miraba y con tono serio me decía:

Hoy es martes 13 –y tras esto, una pausa eterna como esperando una respuesta–.

— ¿¿… y??

Con la primera persona, de repente temí que fuera su cumpleaños y se me hubiera pasado (no sería la primera ni la última vez), pero con el quinto ya uno se mosquea… ¿Qué clase de conspiración es esta?

Anécdota

Se cuenta que cuando Laplace presentó a Napoleón su libro «Traité de Méchanique céleste» se desarrolló entre ambos la siguiente conversación:

–Monsieur Laplace, me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del Universo, sin haber mencionado ni una sola vez a Dios.

A lo que Laplace contestó:

Sire, nunca he necesitado semejante hipótesis.

(Pierre Simón Laplace, astrónomo, físico y matemático francés)