[…] El feminismo radical fue necesario, y nunca me cansaré de agradecer lo suficiente a madres, abuelas y bisabuelas el coraje que sostuvieron hasta conseguir para todos, hombres y mujeres, la igualdad de derechos y obligaciones.
Como mujer los privilegios por cuestión de sexo me producen profundo rechazo, me siento humillada y me avergüenzan. Entiendo que si alguien –una persona, una ley, un colectivo- me tiene que proteger es porque me considera débil e incapaz de salir adelante por mí misma. Creo sinceramente, que una vez conseguida la igualdad de derechos y obligaciones, está fuera de lugar. No puedo evitar que mi cerebro conecte con las actitudes paternalistas y sobreprotectoras que mis padres mostraron hacia sus hijas, que no hijos. No deseo que el estado me considere así.
Estoy de acuerdo con Diego de los Santos en que en el siglo XXI el feminismo radical “Ataca la igualdad entre hombres y mujeres. Es un machismo inverso: desposee de derechos a los hombres… por razón de su sexo.” Y yo añadiría, es un insulto a la capacidad de la mujer. […]
Artículo para la reflexión de Mujeres Colapsadas. Ya hemos tratado este tema en otras ocasiones, pero me parecía interesante recoger este punto de vista y las preguntas que se lanzan al final de dicha anotación.
Pocos artículos he visto con los que esté más de acuerdo que con el citado de Diego de los Santos (hasta he llegado a estar menos de acuerdo con artículos escritos por mi).
Expresa exactamente mi opinión, y además en «bien escrito».
Discriminación es discriminación, los adjetivos le sobran. Y vamos de mal a peor, hasta que no haya leyes por la igualdad de las personas, o anti-violencia entre personas, y siga habiendo, como hasta ahora, leyes sólo para una parte de las personas, lo que por un lado perjudica a las demás personas, y por otro trata a las personas beneficiadas como «protegidas», tal vez por considerarlas inferiores.
Bueno, al tiempo, tal vez algún día evolucionemos, y los hombres y mujeres pasen a considerarse personas, en vez de mirarse tanto la entrepierna.