La belleza clásica que nunca fue

Durante mi último viaje a Filipinas, uno de los aspectos que más me llamaron la atención fue el gusto generalizado por los tonos chillones. Allá donde miraba, la paleta de color variaba del rosa chicle al verde limón, sin un solo rincón donde descansar los ojos. Esto resultaba especialmente desconcertantes en la arquitectura: desde iglesias a ayuntamientos, colegios o viviendas particulres, todo en Cebú parecía estar cubierto del mismo filtro fosforito. Añádasele un poco bastante suciedad y ruido, mucho ruido y digamos que el resultado era cualquier cosa… menos «bonito».

El caso es que revisando hoy algunas de las fotos del viaje, me encontré con esta llamativa (a gritos, de hecho) imagen de una iglesia de Minglanilla. Por si alguno duda del contexto, aclararé que se trata de una figura de culto de verdad. De dos metros de altura. En la fachada de una iglesia, rosa —o, más bien, ¡ROSAAA!. La figura me recordó, en primer lugar, al imprescindible Cristoboli. En segundo lugar, a otra escultura, esta vez europea, aunque quizás no tan conocida en su versión original:

Y es que, a pesar del imaginario popular, las esculturas clásicas no eran blancas. Estaban policromadas y de manera bastante chillona, a juzgar por las últimas reconstrucciones.

Continúa leyendo mi última aportación al Cuaderno de Cultura Científica.

Augustus of Prima Porta y reconstrucción a color por Paolo Liverani, Universidad de Florencia.
Augustus of Prima Porta y reconstrucción a color por Paolo Liverani, Universidad de Florencia.

Nuestras charlas en Naukas Bilbao 2015

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Resaca post-Bilbao (he aquí una divertida crónica fotográfica comentada por nuestro amigo @xurxomar). No sé cómo lo hacemos, pero parece que cada edición es mejor que la anterior. Probablemente parte de la culpa de esta percepción la tendrá el hecho de que la memoria es puñetera, y el recuerdo de hace un año frente al aluvión repentino de percepciones, sociabilización y confraternización es incomparable. Pero estoy seguro que otra parte de la culpa es de los cinco años (5, cinco) de experiencia que cargamos a las espaldas; esto es, que sí, que mejoramos cada año, aunque sea un diferencial de M, siendo M la unidad de mejora. Prueba de ello es que el público va a más. Este año, impresionaba ver la cola que daba la vuelta al edificio una hora antes de empezar algunas sesiones. Dentro, llegó un momento que dejamos de contar las nuevas salas que Iñako Pérez (@Uhandrea) tuvo que abrir y habilitar con el streaming del evento para que la sala principal no colapsara.

Como todos los años, EiTB tiene la amabilidad, voluntad y vocación de servicio público como para grabar el evento que, además de ser retransmitido en tiempo real, queda disponible en su página web. Enlazo por aquí nuestras respectivas charlas (pinchad sobre las imágenes a continuación).

El día que Maxwell no vio el gorila

Replay

Tweet fractal

(Esta anotación se publica simultáneamente en Naukas)

Hace un par de días, @AitorMenta_ puso el siguiente tweet:

A este, le siguió otro tweet con el mismo texto que lo mencionaba:

Y así comenzó a generarse toda una red de menciones de tweets con el texto «tweet fractal» que mencionaban a otros con el mismo texto, que mencionaban a otros… Fractal o no, lo que se ha formado es un gran árbol cuya raíz es el tweet de Aitor. ¿Y qué pinta tendrá? Me dio la curiosidad, me puse manos a la obra y parí esta visualización. Espero que os guste.

tweet_fractal

Por supuesto, podéis seguir contribuyendo con menciones. Solo tened en cuenta que la visualización no carga automáticamente los nuevos tweets, sino que una tarea aparte lo hace cada varias horas, así que no seáis impacientes. ;-)

Sobre números, pragmatismo y ética

(Esta anotación se publica simultáneamente en Naukas)

En abril de 2009, un médico francés rechazó a un donante de sangre en base a una Orden Ministerial de ese mismo año que establecía exclusión permanente de la donación a «hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres» por considerarse un riesgo para los receptores. El donante recurrió a Estrasburgo y de allí la causa se elevó al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Ayer, todos los medios se hicieron eco de la publicación de la sentencia de una manera que, personalmente, creo que deja bastante que desear en general. Como consecuencia, se han dicho muchas burradas al respecto.

Desde luego, titulares como «El TJUE avala la prohibición de donar sangre a homosexuales» no ayudan. Yo entiendo que un titular es un titular, pero un tema tan delicado requiere una elección de las palabras mucho más precisa y un tratamiento mucho más cuidadoso (cualidades que, por cierto, sí tiene el texto de la sentencia). Si tenéis que leer una sola noticia sobre el tema, que sea esta. El titular tampoco es ninguna maravilla, pero el cuerpo de la noticia, recogido de EFE Bruselas, es la explicación más fiel que podéis encontrar en los medios fuera de la propia sentencia. Aquí me gustaría dejar un análisis más sosegado y racional de todo el embrollo si me es posible.

El dilema ético sobre el rechazo de donantes varones que han tenido relaciones con otros hombres (de aquí en adelante y por abreviar, MSM, de men who have sex with men) viene de largo. Ojo, el término es preciso: no se dice homosexuales y no es un eufemismo, es literal. Pertenecer al colectivo MSM se considera factor de riesgo frente a enfermedades víricas de transmisión sexual como VIH, hepatitis C, etc. ¿Por qué? ¿Qué fundamento puede tener algo así?

Aquí entran en juego los números. Históricamente (permitidme el palabro aunque hablemos de los últimos 30-40 años), el colectivo MSM ha tenido una prevalencia de este tipo de enfermedades de hasta un par de órdenes de magnitud por encima de la población heterosexual, y lo mismo ocurre con la incidencia (tasa de nuevos contagios). Dicho en román paladino, si coges una muestra aleatoria de personas MSM, hay una probabilidad mucho mayor de que haya alguien infectado que si la muestra es de personas heterosexuales.

Esto, en epidemiología, se denomina factor de riesgo, y es la base de esta ciencia, porque rara vez contamos con las causas últimas. Ejemplo tonto: de repente descubrimos que el 50 % de los zurdos mueren antes de los 30 años. Ser zurdo en sí no mata, pero está claro que sería considerado un factor de riesgo de muerte prematura. Ejemplo más tonto todavía: ser mujer es un factor de riesgo para padecer cáncer de mama.

Volviendo al tema que nos ocupa, efectivamente, suena crudo, suena duro, suena estigmatizante. Pero es así. Uno esperaría que, con los años y la educación sexual, esta desproporción en la prevalencia entre MSM y heterosexuales se hubiese mitigado, pero no (ejemplo, ejemplo, ejemplo patrio). En algunos lugares, incluso ha ido a peor, como es el caso de… Francia, efectivamente. Suena duro y se refiere a un colectivo que todavía hoy está muy discriminado, pero hablamos de epidemiología y salud pública: no podemos simplemente ignorar un factor de riesgo que puede afectar a toda la población. Ojo, también hay que añadir, en contraposición a lo que he leído por ahí, que una persona heterosexual que mantiene relaciones de riesgo también se excluye de las donaciones, evidentemente.

Prevalencia VIH

Ahora bien, diréis muchos, ¿acaso no hay controles? ¿Acaso no se analiza cada gota de sangre que se dona? Efectivamente, se hace. Y efectivamente, los tests han mejorado muchísimo desde los años 80. Hoy es mucho más difícil justificar una decisión así porque tenemos muchos más medios y recursos, pero, de nuevo, los números mandan. Por bueno que sea, ningún test es perfecto: siempre hay cierto porcentaje de falsos negativos (el test da negativo, pero la persona está infectada). Y la probabilidad de que se cuele una infección es tanto mayor cuanto mayor sea la prevalencia en la población analizada. Así de puto es el Teorema de Bayes. Por tanto, llegado cierto nivel de prevalencia, puede resultar aconsejable tomar la impopular senda del pragmatismo por el bien común.

Esto por un lado. Con este background, volvemos al tema del día que es la sentencia en sí. Lo primero que hay que tener claro es que el TJUE no juzga el caso concreto del ciudadano francés (eso le corresponderá, en todo caso, a un tribunal francés), sino si la Orden Ministerial francesa entra en conflicto con otras directivas o no, es decir, si prohibe el rechazo de donación de MSM. La sentencia podría resumirse de la siguiente manera:

Yo, TJUE, no puedo prohibirte a ti, país, que apliques restricciones en la donación si hay causas científicas y justificadas detrás, pero puedo meterte un puro así de gordo si no están justificadas y, por tanto, se sospecha que son discriminatorias.

Perdonadme, pero yo no veo la homofobia por ningún lado. No esta vez.

Actualización: Aquí un magnífico artículo de @sophiereloaded que abunda en el caso francés. Complemento perfecto a este artículo que no os podéis perder.

Actualización: Otro magnífico artículo de @hidroboy83 que analiza pormenorizadamente la sentencia del TJUE y sus implicaciones.

El parto de la inmaculada pulgona

(Esta anotación se publica simultáneamente en Naukas)

the greenfly birth

La imagen que encabeza estas líneas es obra de Máher Fáhim y captura un hecho que, a muchos, nos puede resultar sorprendente: el parto vivíparo de un insecto ¡por partenogénesis! Eso… o Bambi pintado de verde: viendo la foto, uno casi se puede imaginar al bichejo verde intentando erguirse, cual potrillo peludo, sobre sus recién estrenadas patas. Pero no: el retratado es un áfido, está completamente calvo y no recibirá ni una gota de leche de su madre. Más bien, se pasará el resto de su vida succionando la savia de alguna desdichada planta.

Existen más de 4000 especies de insectos Aphididae. De ellas, unas 250 son plagas para los cultivos. De hecho, los que tengáis plantas conoceréis mejor a los áfidos más comunes como «pulgones». Gran parte del éxito de algunas de estas especies se debe a su peculiar forma de reproducción: cada año, tras el invierno, los pulgones eclosionan para comenzar un nueva estación reproductiva. O, mejor dicho, las pulgonas, ya que todos los huevos dan lugar a áfidos hembra también llamadas fundadoras o fundatrígenas. Las fundadoras son vivíparas y se reproducen por partenogénesis: es decir, dan a luz a clones idénticos a sí mismas. En algunas especies, cada pulgona puede dar lugar a 40 generaciones (centenares de hijas) durante una temporada de reproducción. Otras presentan, incluso, generaciones telescópicas: esto es, una madre puede dar a luz a otra pulgona que a su vez ya está embarazada. El ataque de los clones… contra el jardinero.

Sólo la última generación del año es algo diferente. En otoño, quizás debido al cambio de la temperatura, la duración de la luz o la cantidad de alimento disponible, las áfidas dan a luz tanto a hembras como a machos. Los machos tampoco son muy distintos de la madre (a fin de cuentas, la reproducción de esta última también ha sido asexual), pero tienen un cromosoma sexual menos. Los áfidos hembra y macho se reproducen y, esta vez sí, las hembras ponen huevos que aguardarán a la primavera siguiente para eclosionar y dar comienzo a un nuevo ciclo.

Sobre el autor de la fotografía: Máher es biólogo, maestro de la fotografía macro y genial retratista de bichos en general. Os recomiendo encarecidamente visitar su galería de Flickr.