Hacía semanas que no cogía la villavesa. Hoy la he cogido para acercarme al centro a cambiar una boquilla de clarinete. Me subo, meto la tarjeta-monedero y me quedo mirando la pantallita del aparato como tonto: «¿53 céntimos?, ¡venga ya!». Que yo recuerde, durante 2008 valía 50 céntimos, esto es, una subida del 6%. Con dos cojones.
Busco en Internet. Encuentro la siguiente noticia de octubre: Mancomunidad subirá un 4,8% de media las tarifas del transporte urbano. Ahap… ¿y eso? Sigo leyendo.
La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona subirá un 4,8% de media las tarifas del transporte urbano. Se trata de una subida similar al IPC previsto para este año que supone el doble de la subida media que se aplicó el año pasado (el 2,4%).
[…] Para la recogida de basuras se aplicará una subida del 6% correspondiente al IPC +1 , y el precio del ciclo integral del agua (abastecimiento, saneamiento y depuración) se incrementará un 5% (el IPC).
¿Similar al IPC? ¿A qué IPC? Al real, por supuesto. ¡Nos ha jodido! El oficial sólo lo usan para subir los sueldos. Vean, vean:

El caso es que hoy nos aplican una subida superior al IPC real de octubre, cuando el IPC oficial de diciembre se sitúa en el 1,5%.
Según la Wikipedia:
Todo IPC debe ser:
- representativo (que cubra la mayor población posible)
- comparable (tanto temporalmente como espacialmente, o sea con otros IPC de otros países)
- fiable
- preciso
- congruente (con otras estadísticas del mismo país y con el IPC de otros países de la región)
- útil
- oportuno (que su fecha de publicación sea lo más temprana posible).
Me cago yo en el puto IPC…
A la vuelta, cojo otra línea de autobús. Miro con impaciencia la pantallita verdosa. Transbordo. Uf, me temía lo peor.