Desengañaos: el tamaño importa

Repasando titulares en mi lector de feeds leo en PÚBLICO lo siguiente: Nanotecnología: El peligro a escala microscópica. El subtítulo dice «Estudios recientes alertan del riesgo de la nueva revolución tecnológica» —oh, cielos, ¿los robots dominarán el mundo?—. Y me digo, «hummm… ¿ciencia? ¿periodistas? ¿un titular morboso (y erróneo, porque si hablas de nanotecnología, la escala microscópica se queda un poco grande)? Esto tiene todos los boletos para ser una gran cagada de noticia». Así que leo.

Y efectivamente, el titular sugiere algo bastante alejado de lo que cuenta el cuerpo de la noticia. La incorrección inicial se la perdono, porque más tarde pone «escala nanométrica». Lo que no perdono es el morbo gratuito que suscita el mismo. La noticia comienza contradiciéndose. Empieza así:

Sin embargo, en los últimos meses se han publicado numerosas historias en la prensa que alertan también de los posibles efectos de esta revolución en la salud y el medio ambiente.

Para continuar en el párrafo siguiente así:

Actualmente, existen escasos estudios científicos sobre los posibles riesgos de la nanotecnología.

¿En qué quedamos? ¡Maldita sea, no me hagan la picha un lío! ¿Nos van a devorar nanochips con forma de hormiga o no? Pero tranquilos, al final resulta que no. Sigues leyendo y te enteras de que van a potenciar el estudio de los posibles riesgos ambientales que puedan tener los nanomateriales que generamos al llegar a los ecosistemas e interaccionar con los organismos. Todavía se sabe muy poco al respecto, porque es una tecnología muy nueva. Algo lógico y normal, por lo tanto. Así que todavía no entramos en guerra con los robots, tranquilos.

Pero lo mejor estaba en los comentarios —como tantas veces…—. Vean lo que me encuentro al pie de la noticia:

WTF!!!

The Young Person’s Guide to the Orchestra Op.34, de Britten

Últimamente os tengo un poco abandonados, lo sé, pero entendedme: los días 5 y 6 han sido todas mis vacaciones. Vuelvo con ganas; sirva este post de aperitivo.

Ya sé que hoy no es domingo, pero me apetecía colgar una de las obras que he interpretado con la EGO los días 2, 3 y 4 en Vitoria, Bilbao y San Sebastián respectivamente. Por cierto, el concierto del domingo en el Kursaal fue espectacular: qué auditorio, qué acústica… impresionante. Salimos especialmente motivados y el público lo notó.

Vamos ya con la obra. Se trata de The Young Person’s Guide to the Orchestra, o lo que viene siendo «guía de la orquesta para jóvenes» — ¡vaya!, según cómo se traduce queda un poco confuso—. Es una obra del compositor, director, pianista y violista británico Benjamin Britten que data del año 1946. Fue un encargo del gobierno británico para acompañar una película educativa con narrador cuyo propósito era el que indica el título: servir como una especie de presentación de la orquesta sinfónica para los más jóvenes. La obra consta de tema —tomado de Abdelazar, de Henry Purcell—, variaciones y fuga final.

El Tema A en la tonalidad principal es presentado por toda la orquesta al comienzo en un forte generoso. Después, la sección de viento madera presenta su propia versión del tema con el Tema B. Lo mismo hace el metal con el Tema C, las cuerdas con el Tema D y la percusión con el Tema E. Finalmente, el Tema F es idéntico al A, esta vez en fortíssimo.

Llegados a este punto, comienzan las variaciones. Cada instrumento de la orquesta tiene la suya propia para demostrar sus cualidades. En este orden, se suceden flautas, oboes, clarinetes, fagotes, violines, violas, violoncellos, contrabajos, arpa, trompas, trompetas, trombones junto con tuba, y percusión. Todas las variaciones son de una gran calidad, ya que utiliza una escritura muy propia de cada instrumento que permite el lucimiento del mismo. A mí las que más me gustan son la de los oboes, los clarinetes (por supuesto), los violines, los contrabajos, las trompetas y los trombones.

La obra termina con una gran fuga final que se va embarullando poco a poco con la entrada paulatina de todos los instrumentos en el mismo orden que en las variaciones. Cuando todos los instrumentos han hecho su correspondiente entrada, los metales retoman el tema principal en compás binario mientras la cuerda y la madera siguen con la fuga en compás ternario, para acabar encontrándose en un final apoteósico.

Que lo disfrutéis. Os dejo con la Orquesta Sinfónica de Londres, bajo la dirección de Michael Tilson Thomas.

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Adagio de Albinoni, de Remo Giazotto

Animación de Garri Bardin:

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No os libraréis de los rusos tan fácilmente. Esta vez, para variar, os presento a un compositor contemporáneo italiano, Remo Giazotto. Pero para ilustrar su obra más conocida, el Adagio en sol menor, no podía faltar esta interesante animación de Garri Bardin (¿lo adivináis?): un artista ruso. La música de la animación tiene un breve corte en torno al minuto 3, (corte que, a mi parecer, resulta una interrupción torpe e innecesaria), así que añado también un link a la interpretación de Karajan al frente de la Orquesta Filarmónica de Berlín, para que escuchéis la obra original.

La mayoría de vosotros seguramente habréis escuchado esta obra con anterioridad. Muchos no conoceríais su autor, otros (entre los que he dejado de incluirme hace apenas un par de horas, gracias a San Google), se la atribuiríais erróneamente a Tomaso Albinoni, compositor barroco. Pero en realidad, el Adagio es una composición de 1945 del musicólogo italino Remo Giazotto. Giazotto es especialmente conocido por su clasificación y catalogación de las obras de Albinoni. Cuando la Bilioteca Nacional de Dresde fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial, gran parte de la obra de Albinoni se perdió. Fue entonces cuando Giazotto dijo haber encontrado un fragmento manuscrito de 6 compases del compositor barroco, en el que se había basado para reconstruir este Adagio en sol menor. Sin embargo, investigaciones posteriores han revelado que tal manuscrito jamás existió y que la obra había sido compuesta enteramente por Giazotto. ¡Curiosamente, este autor contemporáneo en lugar de reclamarla, delegó la propiedad intelectual de su obra! Quizás Giazotto era consciente de que una obra así no tenía cabida en el repertorio «culto» contemporáneo y pretendía darla a conocer como barroca. En cualquier caso, el resultado de su estratagema es cuando menos paradójico: al final resulta que Albinoni es más conocido por la única obra de su catálogo que jamás compuso.

Contemporáneo o barroco, este magnífico Adagio ha pasado a formar parte de la cultura popular: se ha utilizado en numerosas películas, anuncios, programas y actuaciones de todo tipo. Se ha transcrito para otros instrumentos solistas, agrupaciones instrumentales o corales. Se han realizado adaptaciones a otros estilos musicales (The Doors, por ejemplo, utiliza el Adagio como fondo en su tema Feast of Friends, mientras Jim Morrison recita un poema, Yngwie J. Malmsteen se inspiró en él para componer su Icarus Dream Suite Op.4, Sarah Brightman le ha puesto incluso letra). Ha pasado, en definitiva, a formar parte de nuestra cultura y nuestra sensibilidad común, por encima de otras obras supuestamente más «contemporáneas», que sin embargo, tan poco nos conmueven y tan poco nos representan.

Lógica torrentiana

bush

Tras la masacre de Gaza, Bush rompe su silencio y lo hace para ¡reprender a los palestinos! Según él, «este estallido de violencia fue instigado por Hamás, un grupo terrorista apoyado por Irán y Siria, que sólo busca la destrucción de Israel». También defendió que «debe haber mecanismos de control que impidan el tráfico de armas a los terroristas de Gaza», que a los israelíes ya se las proporcionan ellos.

Sin entrar en las razones para la guerra (menudo oxímoron), copio un breve fragmento de un artículo de Mónica Prieto que deja claro cuán justa es la respuesta de los pobres israelíes, a las provocaciones de los terroristas palestinos.

Según datos del Ministerio de Defensa israelí, la ONG The Israeli Project calcula que 23 israelíes han muerto entre principios de 2001 y el verano de 2008 a causa de los proyectiles palestinos. Según el Centro Palestino para los Derechos Humanos, en ese periodo 3.800 palestinos han muerto por ataques israelíes, de los cuales casi 850 son niños.

¿Este simio, por qué no se callará de una puta vez?