Dice la Ley de Murphy que si algo puede salir mal, saldrá mal. Los corolarios añaden que si algo puede salir mal, saldrá de la peor manera posible y en el peor momento posible, y eso es justo lo que ha pasado con mi portátil. Lo cierto es que está mayor, pero funciona perfectamente. Lo malo de la edad es que surgen achaques, y ayer el ventilador hizo «¡pofff!» y decidió dejar de funcionar en el peor momento posible: antes de Navidad.
En fin. Sólo avisaros de que mi producción blogueril bajará casi a cero (salvo cuando pille un ordenador, como hoy) hasta después de Navidad, por allá por Enero, si Toshiba quiere… Porque encima las cosas pasan de la peor manera posible, y no hay manera de encontrar (al menos en Pamplona) piezas sueltas de ordenador. Tan sólo pedía un ventilador, yo mismo pensaba desmontarlo y cambiarlo, pero no venden.
Y por si fuera poco: estaré todas las vacaciones en Eibar, porque me han llamado para ir a tocar con la EGO (tenemos concierto el día 2 en el Teatro de Vitoria, el día 3 en el Palacio Euskalduna de Bilbao y el día 4 en el Kursaal de San Sebastián, por si a alguien le apetece), así que sin portátil, nada. Ni blog, ni apuntes de la universidad, ni na’. Maldito Murphy…