Creo que lo he dicho en alguna otra ocasión por aquí; en mi portátil tengo dos particiones: una para Windows y otra para Fedora Linux. El otro día, hablando con Ambros y Araque, les comentaba que, entre las pocas razones que me quedan para seguir utilizando Windows, están las herramientas que utilizo en mi carrera; bueno, más bien las herramientas que nos enseñan a utilizar.
A pesar de la infinidad de excelentes programas libres existentes, en general se tiende a enseñar con software propietario para Windows. ¿Por qué sucede esto? Pienso que por tradición, más que nada. Sí, es cierto que hay casos específicos donde el software propietario da mejores resultados que el libre —bien porque no existe éste último para tal propósito (todavía no he visto un caso de este tipo, aunque supongo que alguno habrá), o bien porque no se ha desarrollado lo suficiente—, sin embargo, en muchos casos (al menos en ingeniería) no es así. Un ejemplo claro es Octave vs. Matlab.
Matlab es software propietario, mientras que Octave es software libre. Ambos son programas de análisis numérico que ofrecen un intérprete para ejecutar órdenes escritas en un lenguaje de programación llamado M. ¿Adivináis qué nos enseñan a utilizar en la universidad? Exacto, Matlab. Las dos son herramientas potentísimas que ofrecen las mismas funcionalidades. Alguien puede preguntarse, ¿entonces qué nos impide usar software libre en casa, aunque aprendamos con software propietario? La pereza. Obviamente, aunque hagan lo mismo, los programas no son iguales, y ese cambio supone una inversión de tiempo adicional del que no siempre dispondremos.
Afortunadamente, en este caso concreto, existe la ventaja de que Octave está hecho de forma que la sintaxis es muy parecida a la de Matlab, y en general, algo programado en Matlab funcionará en Octave. En contraposición, está la fobia que se le tiene a este tipo de aplicaciones debido a que son poco visuales —como me comentó Ambros o Araque, ahora no recuerdo—, debido a que muchas veces tienen interfaces gráficas menos amigables (e incluso inexistentes).
Esto último, en buena medida se va paliando con el tiempo. Hoy mismo me he enterado (gracias a Barrapunto) de que existe QtOctave, una interfaz gráfica que mejorará enormemente la experiencia de uso de Octave. Todavía no lo he probado, pero no tardaré.