Hoy es un gran día; el día de hoy marca un antes y un después en mi carrera de ingeniero, un hito; hoy… ¡HE APROBADO ELECTROMAGNETISMO!
¡Qué a gusto se queda uno! ¡Claaaaaro! En realidad la asignatura se llama Circuitos y Medios de Transmisión, pero bueno, como el señor Catedrático que la imparte pone el temario que le da la real gana (más bien la «catedrática» gana), pues de «circuitos» y de «medios de transmisión» tiene más bien poco. Por eso, para los amigos, es Electromagnetismo, porque en el temario se desarrolla toda la teoría electromagnética y las Leyes de Maxwell.
Es una asignatura de 2º de carrera: pasas 1º sin enterarte muy bien de dónde estás y, mal que bien, te plantas en 2º y te topas con ella cuando todavía no sabes ni lo que es una derivada parcial casi. Es una de esas que se atragantan cual sable de dos metros cruzado en la garganta, de esas que te preguntan «¿en qué curso estás?» y respondes «en 5º… con una de 2º». Sí, DE ESAS. El caso es que soy de los pocos de esta universidad que pueden afirmar que aprobaron Electromagnetismo a la primera y por parciales. Ahí queda.
Pero no he escrito esta entrada para mi propio regocijo (bueno, vale, un poco sí), sino porque quería enseñaros un detalle del acta donde figuraba mi flamante aprobado, y que venía firmada por el profesor de la asignatura (perdón, por el Catedrático de la asignatura) de la siguiente manera:
Ahí está, por si no había quedado claro.