println(“one small step for man») // to do – fix typo
(j6wbs, en un comentario en la entrada que informa de la liberación del código fuente de la misión Apollo 11)
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(j6wbs, en un comentario en la entrada que informa de la liberación del código fuente de la misión Apollo 11)
(Vía: xkcd)
En estos tiempos los jóvenes piensan que el dinero lo es todo, algo que comprueban cuando se hacen mayores.
(Oscar Wilde)
Cuántas veces os habéis plantado frente a los contenedores de reciclaje con un objeto en la mano y os han asaltado las dudas: ¿esto va con los envases o con la basura orgánica? ¿De qué material será? ¿Le quito el plastiquito antes de tirarlo? ¿El corcho dónde se tira? Y os habéis quedado con la sensación de que reciclar es complicado, pero no, en realidad es más difícil todavía. O tal vez lo que pasa es que hay muy poca información al respecto; o las dos cosas, no lo sé.
Hasta hoy yo tenía la sensación de que el reciclaje del vidrio era el único que no dejaba lugar a dudas. Lo que llamamos habitualmente de forma coloquial «cristal» —que no es tal, puesto que el cristal es un material con estructura cristalina, es decir, con sus partículas (átomos, iones o moléculas) ordenadas en una estructura geométrica regular (la materia sólida en general tiene estructura cristalina, aunque tienen especial interés los monocristales como las piedras preciosas, el cuarzo, la sal, etc.), mientras que el vidrio es un material típicamente sintético (existen algunos vidrios naturales) con una estructura amorfa producto de la fusión de varios materiales a altas temperaturas— es fácilmente reconocible y por lo tanto fácilmente separable. Pero las cosas no son tan fáciles tampoco en lo que la vidrio se refiere, cosa que desconocía.
El caso es que me sorprendía durante el informativo de la hora de comer con una noticia que luego he encontrado en 20minutos: Botellas sí; vasos y copas, no. Buscando en Internet tampoco he obtenido mucha información, tan sólo el siguiente pasaje en un artículo al respecto:
El vidrio para envases es el único vidrio que en la actualidad se recicla en grandes cantidades. El vidrio de ventanas, bombillas, espejos, platos de cerámica, vasos, recipientes para el horno y fibra de vidrio no es reciclable junto con el vidrio de envases, y se considera contaminante en el reciclaje de los mismos.
Es la primera vez que tengo constancia de este hecho, pero lo que me sorprende más todavía es no hallar ninguna explicación al respecto, ni una razón, ni un porqué (si lo sabéis o lo encontráis, agradecería información).
Mención aparte merece el tratamiento de la información hecho por parte de la periodista, ya que consigue todo lo contrario: generar confusión y desinformación. Del susodicho artículo se extrae que los vasos, copas, etc., no deben ir al contenedor del vidrio (cierto) porque son de cristal, no de vidrio, lo cual es completamente falso. Ya hemos visto que todo lo que conocemos como «cristal» (vasos, botellas, botes, copas, bombillas, ventanas, espejos, etc.) es vidrio. El hecho de que los objetos determinados descritos más arriba no sean reciclables —por el motivo que sea—, no quita que sean vidrio; otro tipo de vidrio, con otros compuestos, tal vez, pero vidrio.
Así que, señores periodistas, ya va siendo hora de aprender la lección. Para informar en un sentido no es necesario desinformar en otro. Todo es vidrio, ahora bien, el vidrio reciclable es el de los envases (botellas y botes), y va en el contenedor del vidrio; el resto (vasos, ceniceros, cerámica, copas), al contenedor de envases al contenedor de materia orgánica y restos. Y bombillas y demás, por supuesto, al punto limpio.
Actualización (17/07/09): Y también se equivocan en esto en el periódico. Que se equivocasen en qué es vidrio y qué es cristal me parecía hasta normal, dentro de las cagadas habituales de los diarios en estos temas. Pero al tema de dónde tirar una copa o un vaso, le daba cierta credibilidad puesto que se suponía que habían acudido a la planta de reciclaje a preguntar por eso precisamente. De todas formas, solucionado.
Aviso para navegantes. Casi un año después, por fin me he desperezado y he acabado las tareas que me había propuesto, concretamente la de la reforma de la página de Error 404. Ahora esto ya es un blog de verdad. ;-)
Espero que se vea bien en todos los navegadores (actuales, al menos). Si tenéis curiosidad, seguro que se os ocurren millones de maneras de verla.