Gracias ZP

Yo pensaba que todo esto estaba superado. Debo ser una ilusa. Pero de verdad creía que a estas alturas era algo tan natural, tan poco extraordinario, tan anodino, que resultaba innecesario y redundante anunciarlo. La prueba de que no es así es que todos los periódicos lo han hecho, todos sin excepción han dejado plasmada su sorpresa, unos felicitándose (Público), otros con ciertas críticas (El Mundo), o directamente entre lamentos (ABC). Incluso fuera de nuestras fronteras se ha hecho sonar. Todos han creído que ésa era la noticia: Durante esta legislatura habrá más ministras que ministros. Una más, en concreto. Y supongo que lo curioso del asunto radica en que… ¿a partir de ahora los aseos femeninos de la Moncloa sufrirán mayores atascos?

Yo no pensaba hacerlo. Redactar una noticia sobre lo que guardan nuestros dirigentes bajo los pantalones me parecía innecesario, como me lo hubiera parecido publicar lo que hacen por las noches en su cama, o los pelos que se depilan de la nariz. En esta legislatura, Zapatero ha buscado profesionales que creía adecuados para dirigir los distintos Ministerios. Yo pensaba que la discusión versaba exclusivamente sobre su capacitación y en este sentido precisamente, he elegido el título de mi artículo. Quería agradecerle al Presidente del Gobierno algunas de sus elecciones. Como la de Carme Chacón, al frente del Ministerio de Defensa: licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, con varios cursos de postgrado en tres universidades del extranjero, profesora en la Universidad de Girona, vicepresidenta del Congreso de los Diputados y Ministra de Vivienda durante la última legislatura. O la de Cristina Garmendia en el Ministerio de Innovación, todo un referente en el sector biotecnológico español, doctora en Biología, presidenta de la Fundación Inbiomed y de la Asociación Española de Bioempresas, así como fundadora y presidenta de Genetrix. Pero no, eso no basta. Hay que puntualizarlo, es importante: ambas, desde hace años, se sientan para hacer pipí.

No quería hacerlo. No quería escribir esta noticia porque yo pensaba que todo esto ya estaba superado. Debo ser una ilusa porque de verdad creí que a estas alturas ya sería algo natural. La prueba de que no lo es, es que todos los periódicos han dejado plasmada su sorpresa. Pero quizás sean necesarios y quizás aún haga falta protestar y puntualizar lo evidente desde un blog de Internet, porque un poco más al Este, un señor con el cerebro demasiado pequeño y la lengua demasiado larga, le dice a Zapatero que su gobierno es «demasiado rosa» y le regaña por nombrar nueve ministras puesto que «¡Le costará dominarlas!”. Como si el cargo de ministra les hubiese sido regalado o como si Zapatero fuese su padre. Cuando semejante impresentable gobierna un país europeo, me doy cuenta de que aún es necesaria la protesta, aún nos hace falta reivindicar y recalcar lo evidente: que el césped es verde, que los perros ladran, que las mujeres tenemos las tetas más grandes, que somos tan capaces como cualquiera.

Los nuevos ministerios se quedan sin web

Hace poco ya hablábamos de los famosos cazadominios que se dedican a invertir en dominios de Internet: comprarlos con la esperanza de que una empresa se los solicite, desembolsando grandes cantidades de dinero. Pues bien, al parecer uno de estos «listillos» se ha apropiado recientemente de los dominios con las siglas de los nuevos ministerios que ha creado el Gobierno: el de Ciencia e Innovación, www.mcei.es; el de Trabajo e Inmigración, www.mtei.es; y el de Educación, Políticas Sociales y Deporte, www.mepsd.es.

Supongo que pensaría que había dado «el golpe de su vida» y que probablemente se embolsaría lo que pidiera a cargo del Estado, pero le ha salido el tiro por la culata, ya que el Reglamento del Procedimiento de Resolución extrajudicial de conflictos recoge que se pueden reclamar los derechos previos de los dominios en los casos de «denominaciones oficiales o generalmente reconocibles de Administraciones Públicas y organismos públicos españoles».

Vamos, que gracias por participar e inténtelo de nuevo.

[Fuente: EL PAÍS]

La religión también evoluciona

A raíz de un debate en Maikelnai’s blog sobre los «beneficios» de la religión, que ya tanto hemos mencionado por estos lares, he estado intentando documentarme sobre un tema que, para mi sorpresa no debe ser muy conocido: la teoría evolutiva aplicada a las religiones. Recopilo lo que ya he escrito en un comentario de esa discusión, pues me parece interesante y quisiera conocer vuestra opinión al respecto.

Es innegable que todas las civilizaciones han tenido sus propios dioses y que éstos han sufrido una evolución paralela a la de la sociedad que los veneraba. Existen discusiones sobre el posible origen de la religión, pero se tiende a proponer una primera etapa mágica asociada a los fenómenos de la Naturaleza: esto se conoce como animismo.

En una segunda etapa evolutiva, el hombre “abstrae” estas fuerzas mágicas en forma de dioses y les atribuye características antropomórficas: es el politeísmo. Las características de los distintos dioses, su jerarquía, sus poderes, se corresponde con el entorno geográfico, el orden social etc. que rige cada civilización. Así, por ejemplo, es común el culto al sol, fundamental para sociedades fundamentalmente agrícolas (egipcios, mayas) y existen también dioses exclusivamente locales (los egipcios adoraban al río Nilo si mal no recuerdo).

Cuando el culto a uno o varios dioses del panteón predomina frente al resto (por ej. Zeus para los griegos), hablamos de Henoteísmo.

La cuarta etapa, por tanto, parece llegar de forma bastante lógica. Es el monoteísmo. Como vemos, históricamente el monoteísmo suele ser posterior al politeísmo. Dentro del monoteísmo surgen a su vez varias etapas: en un primer estadio, dios se presentaría como una figura paterna, todopoderosa, caprichosa e iracunda: es el dios del Antiguo Testamento, el dios castigador que ordena a Abraham matar a su hijo para probar su fidelidad. El dios que es tan fácilmente criticable. Este dios no tiene por qué ser bueno o racional, no está obligado a seguir sus propias reglas y el hombre no tiene mayor razón para someterse a su voluntad que el hecho de que tal dios es infinitamente superior y poderoso. El hombre sólo puede obedecer sus caprichos seguirlos ciegamente sin cuestionarlos guiado por el temor. En un segundo estadio, dios se vuelve una figura más abstracta. Es el dios del amor, el dios que nos habla del perdón, el que “crea el universo” no con sus manos, sino como un motor primero que justifica y da origen a todo lo demás, es el dios que da sentido a las dudas que no podemos resolver. En este sentido, el protestantismo (s.XVI) defendió que cada creyente debía llevar a cabo su propia interpretación de los textos sagrados.

Por tanto, el quinto estadio, el deísmo, se hace inevitable. Este dios abstracto se vuelve cada vez más personal y múltiple según cada cual. Para algunos se identifica con la Naturaleza, otros creen que es pura energía, el origen de la fuerza, lo que sea. Ese “algo” que falta. El sentido de las cosas. La respuesta. (42)

Por último, la evolución de la religión culmina con el agnosticismo y por fin, el ateísmo, cuando los hombres no precisan de un dios para ordenar o dar sentido a sus vidas. El hombre ha madurado y por fin, es autónomo.

Al parecer, la psicología evolutiva (Piaget, Hohlberg), define etapas sincrónicas a las recién descritas en la evolución personal de cada individuo. En una primera etapa, el niño tendría una visión egoísta y hedonista de su entorno asociada al animismo. En una segunda etapa, requeriría figuras de autoridad como los dioses del politeísmo/monoteísmo. En su madurez, podría prescindir de estas figuras de autoridad y ser responsable por sí mismo. Esto coincidiría con mi experiencia personal también descrita en el blog de Maikel Nai. De pequeña era cristiana, bastante sinceramente. Primero temía a la muerte y me consolaba pensando que si era buena no iría al infierno (dios castigador). Posteriormente Jesús se me hizo un poco barbudo y le pasé el relevo a mi ángel de la guarda, que me ayudaba a entender qué sentido tenía lo que hacía (dios personal). Cuando me di cuenta de que estaba hablando conmigo misma, decidí definirme como agnóstica, pero me inventé a “Alyiuri”, un «algo» que me permitía explicar por qué era “consciente de mí misma” y por qué era “libre”. Deísmo. Llegado el momento, ni siquiera Alyiuri me hizo falta, porque ya no temía no ser importante. Ateísmo.

Eutanasia vs. cuidados paliativos

Un tema delicado y difícil de abordar que está dando mucho que hablar últimamente. En casos de enfermedad terminal, existen un montón de factores que entran en conflicto: el enfermo, la familia y el médico; por debajo, la moral, que afecta de manera diferente a cada una de las partes. La conjunción de todos ellos hacen que, a mi modo de ver, cada caso sea único.

El problema se acrecenta cuando evaluamos los distintos tipos de enfermedades que nos pueden llevar a esta situación. Surgen así diferentes marcos muy distintos. Cuando el paciente es plenamente consciente de su situación, yo lo tengo claro: cada persona debería ser libre de decidir cuándo y cómo morir. Sin embargo, la enfermedad no siempre permite que el enfermo esté en plenas facultades mentales, y aunque en este caso podría darse el problema de cómo determinar si el paciente realmente suscribe esta condición, son el resto de los casos donde se dan las mayores complicaciones morales.

Y es en este punto donde surge la doble moral, analizada minuciosamente por EC-JPR en su artículo Sedaciones, eutanasia y doble moral, cuya lectura recomiendo encarecidamente. En él no se lanzan conclusiones, pues como digo, cada caso es único. En su lugar, analiza los diferentes puntos de vista mediante dos ejemplos reales. Lanza preguntas «incómodas» que nos hacen reflexionar, para que cada uno saque sus propias conclusiones.