«Con la Iglesia no se discute»

La República fue una página nueva en nuestra historia. Su núcleo y la causa de su destrucción fue el laicismo, porque la Iglesia se dio cuenta de que se jugaba el tipo y puso toda la carne en el asador. Esto no lo entienden los jóvenes porque no lo han vivido y porque en las escuelas el PSOE, que había hecho pactos, eliminó esa circunstancia de los planes de estudio.

Lean esta entrevista del diplomático Gonzalo Puente Ojea realizada con motivo de la presentación de su libro La religión, ¡vaya timo!, perteneciente a la colección ¡Vaya timo! de la editorial Laetoli. Da gusto ver —leer en este caso— a personas sin pelos en la lengua hoy en día, que vivimos instaurados en la cultura de lo políticamente —y religiosamente— correcto.

A propósito, una prueba empírica del timo que supone la religión es la cantidad de entradas que tenemos en esta casa que caen simultánea e irremediablemente en las categorías de Religiones y Política/Sociedad: no debería haber ninguna.

Dura crítica

He tocado por encima la música de ese sinvergüenza de Brahms. ¡Menudo bastardo sin talento! Me cabrea que su cacareada mediocridad sea aclamada como genio. En comparación con él, Raff es un gigante, por no hablar de Rubinstein, quien, después de todo, es un ser humano vivo e importante, mientras Brahms es caótico, completamente vacío y seco.

(Tchaikovsky en su diario, 1886. Vía Futility Closet)