El Gran Heterazo Omnisciente

Según Tomás y Garrido, la homosexualidad es una especie de paranoia anticoñeica manifestada en forma de Síndrome Marismeño. Pero esto, dice, puede arreglarse. Basta con atiborrar de coños al paciente para que acabe cediendo a lo natural, al sagrado coito del misionero, y tenga hijos, y busque un trabajo serio y se reconcilie con Dios, el Gran Heterazo Omnisciente.

(Jose A. Pérez, genial como siempre en Mi Mesa Cojea)

Defensa de la vida

Hoy me he encontrado los panfletos del lince católico en un mostrador de mi facultad. He de reconocer que en un principio me indignó bastante, pero luego pensé que en un lugar como Bellas Artes aquel mensaje encontraría (y agitaría a) más detractores que adeptos así que, por el bien de la causa, los coloqué en lugar visible. Eso sí, me quedé con uno, para leerlo con cuidado y hacéroslo llegar a vosotros. El discurso es el de siempre, más o menos aceptable y coherente con las creencias y principios del cristianismo… si no fuese por un punto que me ha llamado vivamente la atención.

[Al ser humano, desde el instante de su concepción] se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida.

(Juan Pablo II, Evangelium Vitae, 60)

El aborto provocado […] viola muy gravemente la dignidad de un ser humano inocente.

(Conferencia Episcopal Española, La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad, 33)

La negrita es mía, claro. Lo que me ha llamado tan vivamente la atención es esa necesidad de especificar en cada caso, que son los inocentes los que disfrutan de ese derecho inviolable a la vida. Con los no inocentes, mejor no nos precipitemos, veamos qué dice la Biblia (sic).

20:09 Porque varón que maldijere á su padre ó á su madre, de cierto morirá: á su padre ó á su madre maldijo; su sangre será sobre él.

20:10 Y el hombre que adulterare con la mujer de otro, el que cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, indefectiblemente se hará morir al adúltero y á la adúltera.

20:11 Y cualquiera que se echare con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.

20:12 Y cualquiera que durmiere con su nuera, ambos han de morir: hicieron confusión; su sangre será sobre ellos.

20:13 Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron: entrambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.

20:14 Y el que tomare mujer y á la madre de ella, comete vileza: quemarán en fuego á él y á ellas, porque no haya vileza entre vosotros.

20:15 Y cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto; y mataréis á la bestia.

20:16 Y la mujer que se allegare á algún animal, para tener ayuntamiento con él, á la mujer y al animal matarás: morirán infaliblemente; será su sangre sobre ellos.

20:17 Y cualquiera que tomare á su hermana, hija de su padre ó hija de su madre, y viere su desnudez, y ella viere la suya, cosa es execrable; por tanto serán muertos á ojos de los hijos de su pueblo: descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará.

20:18 Y cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre: ambos serán cortados de entre su pueblo.

(Levítico 20, 9-18)

Claaaro… la enseñanza de la Iglesia no excluye la pena de muerte. Pura coherencia.