La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
(Winston Churchill, estadista, historiador y político británico)
Citas imperdibles.
La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
(Winston Churchill, estadista, historiador y político británico)
Creo que la electrocución anal como herramienta pedagógica no está suficientemente explotada.
(El Camarada, proponiendo soluciones para las faltas de ortografía [el Talibán Ortográfico toma nota…])
La siguiente cita es muy famosa y seguro que la habéis leído en diversos blogs bien conocidos. Sin embargo, mis lecturas actuales me la han recordado y considero indispensable su presencia entre la colección de citas de Enchufa2.
La reductio ad absurdum, que tanto amaba Euclides, es una de las armas matemáticas más valiosas. Es un gambito mucho más fino que cualquier gambito de ajedrez: un jugador de ajedrez puede ofrecer el sacrificio de un peón o incluso una pieza, pero un matemático ofrece el juego.
(Godfrey Harold Hardy, matemático británico)
Parecería que hemos alcanzado los límites de lo que se puede lograr en materia de tecnología computacional, aunque uno debería tener cuidado con este tipo de sentencias, pues tienden a sonar bastante estúpidas al cabo de cinco años.
(John von Neumann, matemático húngaro-estadounidense, 1949)
¡Claro que [el universo] no tiene sentido! Decir que algo «tiene sentido» es lo mismo que decir que es el resultado de una intención, de un plan, de un deseo. Pero los deseos son sencillamente un tipo de proceso biológico que realizan algunos seres vivos con ayuda de ciertos órganos especializados, en este caso, el cerebro; las alcachofas y las bacterias no tienen «deseos» —igual que los jabalíes no realizan la fotosíntesis, ni los rosales hacen la digestión—. Así pues, decir que el universo es el resultado de una intención (o sea, del proceso biológico de desear y actuar) es tan absurdo como decir que el mundo es el resultado de una digestión (o sea, del proceso biológico de degradar los alimentos para aprovechar su energía y sus nutrientes, y expulsar lo que sobra), vamos, lo mismo que decir que el mundo es una defecación.
(Visto en el Otto Neurath)