Charlatanería

La actual campaña de la Conferencia Episcopal contra los linces y las mujeres que abortan pone de relieve el patético deterioro de la formación intelectual del clero, que si bien nunca ha sobresalido por su nivel científico, al menos en el pasado era capaz de distinguir el ser en potencia del ser en acto. ¿Dónde quedó la teología escolástica del siglo XIII, que incorporó esas nociones aristotélicas? ¿Qué fue de la sutileza de los cardenales renacentistas?

Jesús Mosterín, filósofo de la ciencia español. Recomiendo el artículo completo (visto en el Otto Neurath).

¡Que viene el lobo!

Bajar música es como robar un jersey en unos grandes almacenes.

El día que no se respete la propiedad intelectual será la fábrica de ideas y los proyectos los que se devaluarán.

Por culpa de las descargas, “hemos perdido enteros en la calidad del producto” y “el oído —añadió— se va atrofiando y se pierde sensibilidad porque se va acostumbrando a unos ficheros de audio muy comprimidos”.

Teddy Bautista, presidente de la SGAE, años 2004, 2008 y 2009 respectivamente.

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Campaña contra los abuelos de la piratería, año 1980.

Preveo un marcado deterioro de la música, una interrupción del desarrollo musical del país y gran cantidad de otros daños […] por virtud, o mejor dicho, por vicio, de la proliferación de las máquinas reproductoras de música.

John P. Sousa, año 1906, alarmado ante el peligro que suponían dos innovaciones musicales de finales del siglo XIX: el gramófono y las pianolas.

(Os recomiendo el artículo de Mi guel Ángel Criado para Público en el que está basado esta entrada)

A propósito de la libertad y del ser libre

Se dice: «Heifetz hace lo que quiere con su violín». ¿No será el violín el que hace lo que quiere con Heifetz?

Esto es un piano, dado e inmutable. El chico que quiere ser pianista tiene manos torpes (pero torpe significa siempre disponibilidad, kilómetro cero de innúmeros caminos; ser torpe es ser libre); manos plásticas, la antítesis del teclado que se ríe de ellas con todos sus dientes.

Gradus ad Parnassum, Czerni, arpegios —la técnica. Pero el piano no cambia, se limita a conformar al hombre, a hacer de él un pianista, un hombre-piano, un servidor con libreta negra que corre el mundo. Las manos libres se transforman en manos hábiles para… (Un martillo, un papel de armar tabaco —problemas de otro mundo; la mano del pianista es cada vez más del piano y cada vez menos del hombre).

Todo esto no es una defensa del torpe y del libre inútil (inútil libre) pero me interesa como esponja lavaprejuicios. Ojo con supuestas libertades, Andrés, que no son sino la perfección de la entrega.

Veo así el concierto: el violín se hace llevar por Heifetz, y reposa en el mentón y la mano del criado. Ajustándose estrictamente a la voluntad del señor, el criado cumple los movimientos necesarios para que el violín suene. La poca libertad que le queda a Heifetz, mecánicamente atado a su tirano, se le diluye en la peor servidumbre a los tiranos muertos, las tres B, el italiano misterioso, la jota de Falla, la fuente de Aretusa tusa caricatusa.

(Julio Cortázar, escritor argentino al que idolatro, en El diario de Andrés Fava)