Últimas declaraciones de Aznar:
España está en estado de disolución.
Lo que nos lleva a preguntarnos… ¿en qué proporción? ¿Será una disolución concentrada o diluida? ¿Habremos convertido España en un gran experimento homeopático? Pero no os alarméis; la ciencia, como siempre, sale en nuestra ayuda para demostrar que España no se encuentra en tal estado. Las propiedades generales de las disoluciones son las siguientes:
- Son mezclas homogéneas.
- Al disolver una sustancia, el volumen final es diferente a la suma de los volúmenes del disolvente y el soluto.
- La cantidad de soluto y la cantidad de disolvente se encuentran en proporciones que varían entre ciertos límites.
- Sus propiedades físicas dependen de su concentración.
- Sus componentes se separan por cambios de fases, como la fusión, evaporación, condensación, etc.
- Tienen ausencia de sedimentación, es decir al someter una disolución a un proceso de centrifugación las partículas del soluto no sedimentan debido a que el tamaño de las mismas son inferiores a 10 Angstrom (Å).
Ahora las repasaremos atendiendo al caso que nos ocupa:
- España no es una mezcla homogénea, ni mucho menos.
- Si mezclas de manera homogénea a x catalanes con y señores de Albacete, no se espera que engorden o adelgacen como por arte de magia.
- No se conocen límites en la proporción a la hora de mezclar catalanes y señores de Albacete.
- La variación en la concentración de catalanes en Albacete (y viceversa) no hace que estén en buena o mala forma. Sesudos estudios indican que esto es consecuencia directa de la alimentación y el deporte.
- Todo el mundo sabe que la separación de una mezcla que contiene catalanes se realiza lanzando una moneda lejos.
- Todos los señores de Albacete (a excepción de Andrés Iniesta) miden más de 10 Å. Además, si intentas centrifugarlos probablemente te corran a varazos.
Así que ya veis, amiguitos, España no se encuentra en estado de disolución. No hay motivo para preocuparse.
NOTA: la elección de las regiones implicadas, así como la denominación de «señor de Albacete» en lugar de «albaceteño», es totalmente arbitraria y responde únicamente a oscuros y repentinos impulsos del autor durante la redacción de este compendio. Ningún catalán ni ningún señor de Albacete ha sido perjudicado en la realización de este post.