Si buscas «elegancia» en el diccionario…

Ayer estuve una iglesia. Ya sabéis, en verano toca hacer turismo. El caso es que recordando cierto debate sobre los beneficios de la religión, en el blog de Maikelnai, no pude sino pensar en que casi todo el arte occidental hasta el siglo XIX ha tomado el cristianismo como fuente principal de inspiración: las catedrales góticas, la pintura de El Bosco o El Greco, la escultura de Miguel Ángel (aunque en este caso cabría atribuírle algún mérito también a Zeus y su cuadrilla)… En estas reflexiones estaba cuando mis ojos se estamparon con sonora violencia contra una Virgen de las de rosa y mantilla, rodeada con su corona dorada de ocho pisos y su vestido salpicado de falsos rubíes. Adefesio. Especialmente chocante en el templo de una religión que desde sus bases preconiza la humildad, la solidaridad con el prójimo… disfrazan a la madre humilde como Reina de la Ostentación; su dolor, lágrimas rojas, puro histrionismo; su vientre cálido, fría simulación. «Si no podemos ser éticos, seamos al menos estéticos» reconocía el Cardenal Carlos Amigo hace algunos meses. Pero quizás el error esté en pensar que ambos campos son tan claramente separables. El griego que vive en mi cabeza disiente. A lo que iba: estética, ética y un cura que defiende que «el Papa viste de Cristo«. Si querer casar la imagen a un ideal ético no deja de ser polémico, defender que la indumentaria del Papa responde a los valores cristianos… es intentar la cuadratura del círculo, vamos. No menos peregrino que llamar a su peculiar estilo «elegancia».

¿Ecologistas? No, gracias

Nótese que en el título hago referencia a los «ecologistas» y no al «ecologismo». Y es que el ecologismo, como idea, está muy bien; más aún, es totalmente necesario en los tiempos que vivimos. Son muchos de los que enarbolan esa bandera (no todos, por supuesto, y seguramente sean una minoría) los que acaban haciendo otra cosa que nada tiene que ver con ella, para vergüenza del resto.

Este rebote viene a que ayer leí que la ONG Ecologistas en Acción celebró ayer el “día contra la contaminación electromagnética”. En especial, expresan su preocupación por los dispositivos de conexión inalámbrica (WiFi) que “incluso con los límites actuales de seguridad, pueden producir problemas muy graves de salud”. La Organización argumenta el peligro citando el BioInitiative Report, un informe internacional que se dedica a analizar estudios ya hechos al respecto. Estudios que, hasta el momento, no han hallado evidencias claras de la presunta relación entre las radiaciones no-ionizantes y distintos problemas de salud. ¿Qué hacen en este informe? Pues, como los mismos autores dicen, cambian de «vara de medida»: redefinen los umbrales de «qué es suficiente» o «qué es una prueba concluyente». Vamos, que se pasan la opinión de miles de expertos por debajo del forro de los… Así cualquiera. Sin embargo, aun así y según he podido leer un poco por encima, todo lo que encuentran es «pequeñas dudas», «posibles efectos», «posibles factores de riesgo», etc.

Tal vez volver a analizar los estudios existentes de manera más conservadora y tratar de que los límites legales de radiación electromagnética estén tan bajos como sea posible sea bueno, no digo que no; aunque con ello estás echando por tierra el trabajo de miles de colegas, y estás diciendo básicamente que a todos ellos les importa un pimiento la salud humana.

En realidad, lo que me revienta es que lleguen los «ecologistas» de turno a alborotar y a hablar desde el profundo desconocimiento que demuestran. Lo que me saca de quicio es la facilidad con la que sacan a la palestra la palabra «contaminación». Ahora, así de repente, tildan de «alarmante» el aumento de la «contaminación» electromagnética. ¿Alarmante? ¿En qué se basan? ¿Contaminación? La Tierra ya estaba «contaminada» de radiación electromagnética mucho antes de que existiera el ser humano, y hoy en día estos niveles se controlan estrictamente, por ley y en la práctica. Señores: el oxígeno es tóxico y no acusamos a las plantas de «contaminar» el medio ambiente. Ellos sí que contaminan con su alarmismo y su histeria colectiva.

Otra cosa que también me saca de mis casillas y que a menudo critican (de nuevo desde el desconocimiento más absoluto) es el «exceso» de antenas de telefonía móvil. Mucha gente está convencida de que habría que quitar antenas y dejar el menor número posible de ellas (pero sin que les dejen sin cobertura, para bajarse el último politono de Bisbal, claro). Vamos a ver, esto es «de cajón de sastre»: si colocamos una sola antena capaz de cubrir una población entera, evidentemente tendrá que trabajar a la máxima potencia para cubrir toda el área; en contraposición, si dividimos la población en celdas y colocamos mayor número de antenas, cada una de ellas tendrá que cubrir un área mucho menor y, en consecuencia, la potencia radiada por cada una de ellas será mucho menor. En consecuencia, en promedio, la potencia vista desde cualquier punto de la población será mucho menor en el segundo caso.

Conclusión: ecologismo, sí; ecologistas, algunos…

Si buscas «austeridad» en el diccionario…

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha decidido hoy congelar su sueldo y el de sus consejeros hasta 2009. Con el objetivo de dar testimonio de la «austeridad del Gobierno», y a pesar de las dificultades que tiene la presidenta para llegar a fin de mes, afrontará lo que queda de año y el que viene, con sus escasos 100.742,91€ anuales más gastos de representación y coche oficial.