Vals triste Op.44 de Sibelius

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Al hablar de Elgar, comentamos que el nacionalismo musical fue especialmente importante en las naciones emergentes de Europa, aquellas que habían pasado gran parte de su historia dominadas (militar o culturalmente) por otras potencias. Tal era el caso de Finlandia, largamente sometida a Suecia (1249–1809) y, posteriormente, a Rusia hasta que en 1917 declaró su independencia.

Jean Sibelius vivió el periodo de emancipación de su país como un ferviente nacionalista. A pesar de que sus padres hablaban sueco (la lengua dominante del país), él estudio en una escuela de habla finlandesa y el nacionalismo romántico marcó su obra posterior: muchas de sus obras son programáticas, están inspiradas en las leyendas y folklore finlandés, o tratan de describir su paisaje.

Este Vals triste era la primera de las seis piezas que componían Kuolema, una obra de música incidental destinada a acompañar la obra de teatro del mismo nombre, escrita por Arvid Järnefelt, el cuñado de Sibelius. En el drama, el vals suena mientras la madre de Paavali, el protagonista, duerme. La mujer está enferma y en su sueño un grupo de bailarines la invitan a bailar pero ella cae pronto agotada. Sólo al final logra reincorporarse, mientras los bailarines se alejan. Al cabo del sueño, la madre de Paavali muere.

Sibelius revisó el vals en 1904 y lo público como una obra independiente. Desde entonces se ha convertido en una de sus obras más populares, quizás por ese aire tan profundamente melancólico (triste pero conforme), soñador… sin duda evoca la muerte (una muerte plácida, sin histrionismos, como la de una vela que se apaga), pero también los recuerdos felices. Creo que pocas imágenes definen tan bien la esencia de esta música como la escena teatral antes descrita, pero quizás esta animación de Bruno Bozzetto se aproxima bastante. Forma parte de su película Allegro non troppo. Espero que lo disfrutéis.

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