Goya 2011: el discurso del presidente

Guardo por aquí el discurso que anoche pronunció Álex de la Iglesia al inicio de la Gala de los Goya porque merece la pena. Recordemos que Álex era uno de tantos creadores que apoyaban la famosa Ley Sinde. Principalmente a través de su cuenta de Twitter, @AlexdelaIglesia, comenzó a llegarle feedback por parte de mucha gente, lo que le hizo replantearse las cosas. Se abrió al diálogo, a razones, incluso organizó una reunión en la Academia con abogados y gente de la blogosfera española, y finalmente comprendió la postura del público, de la gente; con el discurso de ayer (que no recibió ni una sola muestra de apoyo en toda la gala, por cierto) llega el culmen. Tan solo por su actitud y su valentía ya tiene toda mi admiración y mi respeto.

Enhorabuena, Álex, ojalá existiese más gente como tú en la industria. Dejas el listón muy alto para el siguiente presidente. Se puede decir más alto, pero no más claro; ahí queda eso…

Buenas noches. El día de hoy ha llegado porque hace 25 años, doce profesionales de nuestro cine, en medio de una crisis tan grave como la nuestra, caminaron JUNTOS a pesar de sus diferencias. Quiero empezar este discurso felicitando a los fundadores de la Academia.

No solo ellos, sino todos los que me han precedido en esta institución, vicepresidentes, miembros de las juntas directivas y el conjunto de los académicos, nos han traído esta noche aquí, al Teatro Real, para celebrar el 25º aniversario de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y la existencia misma de los premios Goya. A todos, muchísimas gracias.

PUEDE PARECER que llegamos a este día separados, con puntos de vista diferentes en temas fundamentales. Es el resultado de la lucha de cada uno por sus convicciones. Y NADA MÁS. Porque en realidad, todos estamos en lo mismo, que es la defensa del cine. Quiero por ello felicitar y agradecer a todos los que estáis aquí, por caminar juntos en la diferencia, y hasta en la divergencia.

Hacemos mucho ruido, pero es que esta vez, hay muchas nueces. El choque de posturas es siempre aparatoso y tras él surge una nube de humo que impide ver con claridad. Pero la discusión no es en vano, no es frívola y no es precipitada.

No podemos olvidar lo más importante, el meollo del asunto. Somos parte de un Todo y no somos NADIE sin ese Todo. Una película no es película hasta que alguien se sienta delante y la ve. La esencia del cine se define por dos conceptos: una pantalla, y una gente que la disfruta. Sin público esto no tiene sentido. No podemos olvidar eso JAMÁS.

Dicen que he provocado una crisis. Crisis, en griego, significa «cambio». Y el cambio es ACCIÓN. Estamos en un punto de no retorno y es el momento de actuar. No hay marcha atrás. De las decisiones que se tomen ahora dependerá todo. Nada de lo que valía antes, vale ya. Las reglas del juego han cambiado.

Hace 25 años, quienes se dedicaban a nuestro oficio jamás hubieran imaginado que algo llamado INTERNET revolucionaría el mercado del cine de esta forma y que el que se vieran o no nuestras películas no iba a ser solo cuestión de llevar al público a las salas.

Intenet no es el futuro, como algunos creen. Internet es el presente. Internet es la manera de comunicarse, de compartir información, entretenimiento y cultura que utilizan cientos de millones de personas. Internet es parte de nuestras vidas y la nueva ventana que nos abre la mente al mundo. A los internautas no les gusta que les llamen así. Ellos son CIUDADANOS, son sencillamente gente, son nuestro PÚBLICO.

Ese público que hemos perdido, no va al cine porque está delante de una pantalla de ordenador. Quiero decir claramente que NO TENEMOS MIEDO a internet, porque internet es, precisamente, la SALVACIÓN de nuestro cine.

Solo ganaremos al futuro SI SOMOS NOSOTROS LOS QUE CAMBIAMOS, los que innovamos, adelantándonos con propuestas imaginativas, creativas, aportando un NUEVO MODELO DE MERCADO que tenga en cuenta a TODOS los implicados: Autores, productores, distribuidores, exhibidores, páginas web, servidores, y usuarios. Se necesita una crisis, un cambio, para poder avanzar hacia un nueva manera de entender el negocio del cine.

Tenemos que pensar en nuestros derechos, por supuesto, pero no olvidar NUNCA nuestras OBLIGACIONES. Tenemos una RESPONSABILIDAD MORAL para con el público. No se nos puede olvidar algo esencial: hacemos cine porque los ciudadanos NOS PERMITEN hacerlo, y les debemos respeto, y agradecimiento.

Las películas de las que hablamos esta noche son la prueba de que en este país nos dejamos la piel trabajando. Sin embargo, el mismo esfuerzo o mayor hicieron tantas otras películas que NO HAN LLEGADO a los sobres de las candidaturas. Ellos tambien se merecen estar aquí, porque han trabajado igual de duro que nosotros.

Quiero despedirme en mi última gala como presidente, recordando a todos los candidatos a los Goya TAN SOLO una cosa: qué más da ganar o perder si podemos hacer cine, TRABAJAR en lo que más nos gusta. No hay nada mejor que sentirse LIBRE creando, y compartir esa alegría con los demás. Somos cineastas, contamos historias, creamos mundos para que el espectador viva en ellos. Somos más de 30.000 personas que tienen la inmensa suerte de vivir fabricando sueños. Tenemos que estar a la altura del PRIVILEGIO que la sociedad nos ofrece.

Yo creo, con toda humildad, que si queremos que nos respeten, hay que respetar primero.

Y por último, me gustaría contarle algo al próximo Presidente de la Academia, que ya me cae bien, sea quien sea: estos han sido los dos años más felices de mi vida. He conocido gente maravillosa de todos los sectores de la industria. He visto los problemas desde puntos de vista NUEVOS para mí, lo que me ha enriquecido y me ha hecho mejor de lo que era. He comprobado que trabajar para los demás es una experiencia extraordinaria por muy duro que resulte en un principio, y sobre todo: han pasado 25 años MUY BUENOS, pero nos quedan muchos más, y seguro que serán MEJORES.

Buenas noches.

Confirmado (otra vez): si llueve, ¡corre!

¿Os acordáis de aquel famoso artículo donde demostrábamos que cuando corres bajo la lluvia (hacia un refugio, claro) te mojas menos? Pues bien, resulta que Andrea Ehrmann y Tomasz Blachowicz, con algo más de parafernalia, lo han convertido en un paper: Walking or running in the rain —a simple derivation of a general solution, European Journal of Physics 32: 355-361 (visto en Francis (th)Emule Science’s News).

En dicho paper, los autores establecen un modelo matemático para calcular cuánto se moja una persona (con una hoja de cálculo, por ejemplo) variando unos cuantos parámetros: velocidad de la persona, velocidad horizontal del viento y velocidad vertical de la lluvia, y modelando al sujeto como un cilindro.

La primera gráfica muestra el caso en el que la lluvia cae verticalmente, sin viento. El eje vertical muestra cuánto te mojas; el eje horizontal, la velocidad del sujeto. La línea de círculos blancos muestra cuánto se mojan las partes horizontales: cabeza y hombros. La línea de cuadraditos muestra cuánto se moja la parte frontal, el torso. La línea de círculos negros es la suma de las dos anteriores. La segunda gráfica, en cambio, cuenta con una componente horizontal del viento en la dirección positiva. Es decir: la persona corre a favor del viento.

Los resultados son claros e intuitivos. En ambos casos, la cabeza se moja menos cuanto más rápido vamos independientemente de las velocidades. En el primer caso, en cambio, el torso se moja igual vayamos a la velocidad que vayamos. El resultado es que te mojas menos cuanto más corres. En el segundo caso, en cambio, la persona corre a favor del viento, lo cual quiere decir que existe un punto óptimo en el que idealmente las gotas no nos tocarían el torso, porque corremos a la misma velocidad que ellas. En cambio, si corriéramos en contra del viento, la gráfica resultante sería muy parecida a la primera.

Las conclusiones son las siguientes. Si hay viento, lo ideal es correr a favor del viento y a la misma velocidad que él. En cambio, si para ir hacia el refugio hay que ir contra el viento, al igual que si no hay viento, lo ideal es correr lo máximo posible.

Manual del buen magufo

Es de cajón: los magufos del mundo tienen que compartir un manual de prácticas magufas, por necesidad. Si no, no se explica la tremenda proliferación de productos, terapias y pseudocosas alternativas, modernas y revolucionarias tan parecidas entre ellas. Un manual supersecreto, por supuesto, que, si no existe como tal por escrito (no tienen un dios —todavía…— que les dicte su palabra en forma de libro sagrado), desde luego sí lo hace como código común de conducta.

Para los escépticos como nosotros, las magufadas suponen un gran problema: a ellos les cuesta muy poco tiempo crearlas —basta con seguir los sencillos pasos del Manual—, pero a nosotros nos cuesta mucho echarlas por tierra. Y esto es así no porque la ciencia no sea capaz, que lo es, sino porque requiere una metodología y unos pasos a seguir que el Manual se salta. «¡Pero es una tontería! ¡Menuda pérdida de tiempo! Es como ponerse a sacarle punta a un cuento fantástico como… qué te diría yo… Superman», diréis. Sí, lo sé; sin embargo, hay quien sí lo hace. Y como él con las películas, yo con las magufadas siento la necesidad de desmontarlas porque pienso que alguien puede sacar un beneficio de ello.

Así que me he decidido a simplificar el procedimiento; a crear un manual sobre el Manual. Utilizando un complejo mecanismo de ingeniería inversa basado en… lectura y comparación, he deducido cómo es el Manual del buen magufo. Con esta valiosa información en nuestro poder, desmontar una magufada se consigue con los siguientes pasos:

  1. Aislar sus elementos clave, es decir, sus principales características.
  2. Contar el número de elementos clave presentes en el Manual del buen magufo.

El ratio entre los elementos presentes y los elementos totales nos da un modelo para la probabilidad de que esa práctica/producto/loquesea sea una magufada o no. Si la probabilidad resultante es alta, ya hemos acabado: no necesitaremos acudir al método científico, ahorrando tiempo, esfuerzo y, quizás, dinero.

Manual del buen magufo

Siga los siguientes pasos para crear su magufada y empezar a ganar dinero con ella.

  1. Tenga una idea peregrina. No gaste mucho tiempo en este punto, que todavía quedan unos cuantos y son más importantes: cuanto menos lo piense y más peregrina sea la idea, más atractiva podrá resultar al futuro consumidor. Solo tenga en cuenta que funcionará mucho mejor si se basa en…
    • tradiciones milenarias.
    • prácticas de pueblos ancestrales.
    • tradiciones de culturas lejanas (preferiblemente orientales).
  2. Cree una descripción enrevesada de su funcionamiento, pero no busque ningún fundamento científico. Y sobre todo no olvide detallar que su producto…
    • resuelve todos y cada uno de los problemas en su ámbito de aplicación.
    • es para todos los públicos y para todas las edades.
    • no tiene ninguna contraindicación ni efecto secundario.
  3. ¡NUEVO! Añada uno o más conceptos científicos confusos para el público en general (y para usted, por qué no decirlo) de la siguiente lista:
    • Rayos infrarrojos (recuerde y no se confunda: rayos ultravioleta, malo malo; rayos infrarrojos, ¡mola!)
    • Electricidad.
    • Iones (positivos o negativos; o positivos y negativos, no vaya a quedarse corto).
    • Magnetismo.
    • Energía (admite todo tipo de complementos y adjetivos, e.g.: «energía sutil»).
    • Nanotecnología.
    • Efectos cuánticos.
    • Nombre elementos químicos (¡ojo!, ¡omita la palabra «químico»!; lo químico suena a artificial: vea el punto 4), simpre queda cool.
  4. Lo natural es más sano. Grábeselo. ¿Y qué es natural? Lo que a usted le interese, por supuesto. Para reforzar esta cualidad en su producto, no olvide incluir alguno de estos prefijos:
    • bio-. Funciona para todo. ¡Pruébelo! Mucho mejor si lo combina con elementos vistos anteriormente. Ejemplos: «bioelectricidad», «bioenergía».
    • eco-. Lo mismo que el anterior. Ejemplo: «ecobola».
  5. Busque correlaciones y conviértalas en causalidades arbitrarias. Este punto está quedando un poco confuso… Resumiendo: todo lo bueno que ocurra será a causa de su producto.
  6. Base su eficacia en testimonios personales. Si a un vecino le funciona, ¿por qué no iba a funcionarme a mí?
  7. Si dispone de dinero, realice un anuncio chabacano con algun rostro conocido. Si no le da para contratar a un famosete, vista a su presentador con una bata blanca, que siempre impone.

Ejemplo práctico

Vamos a aplicar el Manual a un ejemplo práctico. Podemos leer en el diario El Mundo: Llega la camiseta biodramina. Una empresa de Jaén asegura haber desarrollado una camiseta que evita los mareos que podemos sufrir al subir a medios de transporte como el barco o el avión. Las características principales de este producto son las siguientes:

  • Produce mayor oxigenación al captar rayos infrarrojos. –> Rayos infrarrojos, punto 3 del Manual.
  • Innovador material biocerámico. –> Prefijo bio- sin venir al caso, punto 4 del Manual.
  • Ha sido probado por atletas de alta competición y les ha encantado. –> Testimonios personales, punto 6 del Manual.
  • Produce mejoras musculares con un uso continuado. –> Teniendo en cuenta que la han probado haciendo deporte… punto 5 del Manual.

Cuatro de cuatro. Conclusión: magufada al canto.

Homeopatia manipulação

¡Ya estoy de regreso! Y os traigo, por el momento, este pequeño regalito de Brasil. Se trata de un comercio que había en frente de mi hotel, en Río de Janeiro. Desgraciadamente, el rótulo que veis no es una denuncia, sino un siemple cartel de publicidad. Deduzco que la «manipulação» debe de ser una pseudociencia bastante popular en Brasil, pues aparecía siempre anunciada en este tipo de comercios. Aún así, visto por un forastero, no deja de tener su gracia.