Porque a mí me sale de los huevos

A mí no, vaya, a Berlusconi. Esto es lo que debe de pensar constantemente a la hora de gobernar su país. Empiezo a dudar que cada pueblo tenga el gobierno que se merece: ninguna atrocidad que hayan hecho los italianos, en esta vida o las pasadas, merece como castigo el mandato de Berlusconi. Este tipo me cabrea especialmente porque además de ser un fascista y un imbécil, se jacta de ello, lo que lo convierte en un irritante fantoche. Como comprobaréis no lo insulto, me limito a definirlo adecuadamente.

La noticia ya tiene algunos días, pero no quería dejarla escapar. Esta vez, Berlusconi había decidido por su cuenta prolongar la ¿vida? de una mujer que llevaba 17 años en estado vegetativo, en contra de la voluntad de la afectada (que había manifestado verbalmente ante sus padres y amigos), en contra de la voluntad de su familia y, lo que es incluso más grave: en contra de una sentencia del Tribunal Supremo. Al margen de posibles debates sobre eutanasia y derivados, se supone que las leyes están ahí para todos y los distintos poderes deben respetarse para evitar que cualquiera las manipule a su voluntad… ¡cualquiera menos a Berlusconi, claro! ¿Que el juicio no le conviene? Pues se inventa un decreto exprés, dudosamente constitucional, amenaza a quienes no lo quieran votar y sigue dictando, digo… gobernando. Pero no hay de qué sorprenderse, no es la primera vez que hace algo parecido pasándose las normas del juego por el forro.

Como la imbecilidad debe abundar por la zona, en el Vaticano están dando palmas. Después de todo, fueron ellos quienes impulsaron todo este follón. Claro, como la vida le pertenece a su dios, nadie debe querer controlarla, ni para crearla, ni para ponerle fin. Pero lo grave no es que crean que la vida es competencia divina (por mí como si creen que a los niños los hace el Espíritu Santo, oh wait!), sino lo invasivo de esta creencia: no sólo la vida de los cristianos le pertenece a Jesucristo, ¡la de los no creyentes también! Si yo quiero abortar, usar la píldora, usar técnicas de reproducción asistida, suicidarme o rascarme un pie porque, sencillamente, las ideas del cristianismo al respecto me la pelan, ¡no debo poder hacerlo, porque mi cuerpo y mi vida también son obra de su dios! Eso es lo escalofriante. Yo no puedo, ni quiero, ni creo que deba decir a los cristianos cómo llevar su vida, pero, sin embargo, en la esencia de sus creencias, radica la necesidad de imponerse sobre la vida de los demás.

Por suerte, la agonía de Eluana Englaro ha llegado hoy a su fin. El decreto dichoso llegó tarde, así que, según lo previsto, el pasado viernes dejaron de alimentarla y este lunes falleció (más pronto de lo esperado). Queda hacer la autopsia. La Iglesia, a lo suyo, habla de asesinato. Berlusconi siente un «profundo dolor» por no haber llegado «a tiempo». La familia, al fin, respira aliviada.

Sarkozy masón, y a mí me importa un cojón

¡Atención!, periodismo de himbestigación. «Noticia» en EL MUNDO:

¿Y si Nicolas Sarkozy fuera miembro y arquitecto de la masonería? La cuestión viene a cuento por los tres puntos que aparecen en la firma del presidente francés en una carta remitida el pasado 15 de octubre a un alto cargo del Palacio de Justicia.

Ahap. Y sigue:

El contenido burocrático de la misiva carece de interés, pero los tres puntos que aparecen en esta imagen se han aceptado como el indicio de la militancia sarkozysta. Es así como los miembros de las distintas logias significan la pertenencia. De hecho, la firma del otro documento oficial que se adjunta en esta página es diferente. Tanto porque consta el nombre entero del jefe del Estado como porque no consta la impronta triangular.

«Militancia sarkozysta», ugggh, qué escalofrío. En fin. Aquí la foto de la ¡oh! «sospechosa» firma. Y acaba:

El debate sería estéril si los tres puntos fueran simplemente un borrón accidental. Aunque la pluma de Sarkozy no acostumbra a perder tinta.

¿Y si los puntos no fueran accidentales, no sería un debate estéril? Y ahora que lo pienso, ¿qué debate!

Creo que no voy a dormir esta noche…

¡Malditos rojos de mierda!

Copio y pego, aunque seguro que muchos de vosotros lo habréis leído en el blog de Escolar, pero es que es tan… no sé cómo definirlo, si idiota, imbécil o estúpido. O los tres. Agarraos a las mancuernas:

Seguiré negandome a que los míos entren en clase de Ciudadanía, me niego a que adoctrinen a mis hijos, sólo la Ley de Dios que expresan con claridad nuestros obispos y la moral y ética de nuestra derecha que Rajoy y Aguirre quieren aplicar en nuestro país, asaltado por marxistas y ateos, que unidos con otros terroristas pretenden imponer unas creencias satánicas. El Supremo está vendido al poder rojo y masón, ocupemos el estado y demos ejemplo de nuestra valentía histórica.

(Un comentario anónimo en ABC.es a cuenta de la sentencia del Tribunal Supremo sobre ciudadanía)

Y yo pensaba que ya había oído de todo…

Ya estaban tardando

Al fin los obispos se pronuncian sobre el autobús ateo. Como de costumbre, no nos han defraudado: según ha señalado hoy un comunicado de la Conferencia Episcopal Española, «insinuar que Dios probablemente sea una invención de los creyentes […], es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen«. Por ello, instan a las autoridades competentes a «tutelar el ejercicio pleno del derecho de la libertad religiosa». Pese a todo, el tono del comunicado es bastante moderado, se cuida mucho de repetir que «los católicos respetarán el derecho de todos a expresarse» (qué remedio). Se nota que han tenido tiempo para pensárselo bien.