Incautos…

¡Ay! ¡Qué panzada de reír, madre mía! ¡Me duele el pecho y todo! ¿Que por qué? Veréis, el fundador de Atari ha dicho lo siguiente: «La piratería en los juegos pronto será cosa del pasado gracias a los chip de cifrado«. ¡Ay! ¡Que me da otra vez…!

En concreto se refiere al chip de cifrado TPM (Trusted Platform Module) que ya se incorpora a algunas placas base. Según Nolan Bushnell, será capaz de acabar «absolutamente» con la piratería de videojuegos, mediante el cifrado de una clave privada “incrackeable”. Un poco pretencioso cuando menos.

Nada es «incrackeable». Absolutamente nada. ¿Cuántas veces hay que repetirlo? La protección de los discos Blu-Ray también lo era, y mira… El sistema más seguro es aquel con el que resulta más barato comprar el producto que saltarse la seguridad, o en su defecto, que sea tan costoso (de tiempo y dificultad) que la pereza venza al precio. Les guste o no. Y al precio al que van los videojuegos, no tiene pinta de que vaya a darse el caso.

Declaraciones poco afortunadas, a mi parecer. A no ser que lo único que quiera es meter miedo; en ese caso son totalmente desafortunadas, porque ahora los crackers lo van a coger con más ganas…

Números

Este blog tiene 4 meses y medio, en concreto, 135 días. 301 entradas más tarde, seguimos con la misma ilusión que al principio o más. Y es que hemos tenido una gran acogida, con más de 10.200 visitas en nuestro haber y unos 45 suscriptores a nuestro feed.

Según estoy viendo en Google Analytics, en el último mes hemos tenido 3.579 visitas, es decir, unas 120 visitas/día, y un total de 2.469 usuarios únicos absolutos. Casi el 57% de vosotros utiliza Firefox e Internet Explorer reduce su cuota a un 38%. Parece que la gente va espabilando. ;-) En cuanto a los sistemas operativos, no aspiro a lo mismo. Linux ocupa un digno segundo lugar con el 6.5%.

Muchas gracias a todos por aguantarnos. Gracias a los que nos seguís diariamente, gracias a los que comentáis ocasionalmente, y gracias, especialmente, a nuestros comentaristas habituales, ¡que son cojonudos! Como diría alguien, no somos dignos. Algo debemos de hacer bien, porque sois bastantes los que volvéis. Y, puestos a citar, sólo me queda añadir que…

Podemos hacerlo mejor, pero no os prometemos nada.

Datos alarmantes

De nuevo, justicias poéticas del Reader. Dos titulares casi seguidos me saltaron anteayer al ojo. Dicen así: «Hasta 30 mujeres van cada mes a un hospital por una violación”, (¡una cada día!) «En libertad el autor de 12 violaciones porque cometió once de ellas siendo menor”. Ambos en Público. Supongo que ni las 30 violadas cada mes fueron víctimas de dicho menor, ni todos los casos se resolverán con tamaña… negligencia. Pero las casualidades es lo que tienen; dan que pensar ¿no os parece? Sobre todo cuando se repiten en tantos otros casos.

Esta mañana, otra vez Público parece cerrar el círculo con un nuevo triplete: «Vetadas por un full monty escolar”. Al parecer, un grupo de estudiantes y estudiantas decidieron realizar un striptease fuera del ámbito escolar. El problema fue que su colegio, religioso, consiguió una grabación del baile y decidió tomar represalias, lo cual ya es bastante grave, pero el caso llega a alarmante, porque son sólo ellas, las siete estudiantas quienes las sufren. En fin, qué decir salvo que se entiende, claro… un hombre siempre es un hombre y ya sabéis, tienen estas cosas. Más bien es a la mujer a quien se debe responsabilizar de su sexualidad (de la de él, ella no tiene), es su cuerpo el impuro, el que debe cubrirse con pañuelos, faldas no demasiado cortas y ropa como Dios manda.

Steelpan vs. hang

Hoy, una de música, que ya toca (¡uys!, pero qué gracia que tengo…). Os voy a ilustrar acerca de un par de instrumentos musicales de percusión como el piano (¡jajaja!, me parto yo sólo…) poco conocidos y cuando menos curiosos, por su aspecto y por su peculiar sonido.

El primero de ellos se llama steelpan o steel drum. Es un instrumento originario de Trinidad y Tobago e inventado a principios del siglo XX. Consta de un cilindro de metal (solía ser un bidón de petróleo) en el que se inserta una especie de parche también metálico combado hacia adentro. En este parche se hacen unas abolladuras de diferentes tamaños. Cada abolladura, al ser golpeada, produce una nota distinta con un sonido muy especial. Suelen estar afinados cromáticamente y se tocan con un par de mazas pequeñas. Mejor verlo en acción de la mano de Andy Narell, virtuoso de este instrumento y gran improvisador de jazz:

Como habréis visto, el anterior es un instrumento bastante aparatoso. Por esa razón, Felix Rohner y Sabina Schärer se pusieron manos a la obra para intentar crear un instrumento con unas cualidades sonoras parecidas a las del steelpan, pero en un formato más manejable. De esa manera, en el año 2000 crearon el hang. Yo no lo conocía hasta el otro día, y la verdad es que es sorprendente. Tiene un sonido muy parecido al steelpan, pero además tiene un montón de posibilidades nuevas debido a que se toca con las manos. Consta de dos placas metálicas dobladas en forma de «platillo volante» (la forma típica a la que nos tienen acostumbrados los paranormalitos, sí), un par de agujeros para que salga el sonido y abolladuras con el mismo fin que el anterior. Mejor que lo veáis vosotros mismos de la mano de Manu Delago, un artista como la copa de un pino (de grande, no de verde):

¿Qué? Sorprendente, ¿verdad? Tienen un sonido precioso ambos instrumentos. ¿Cuál os ha gustado más?

Y como veo que os habéis quedado con las ganas, os dejo con otro vídeo de Andy Narell acompañado por los Trinidad All Stars. Podéis ver una banda entera compuesta por steel drums de diferentes tamaños: